miércoles, 6 de marzo de 2013

MARÍA CHAPP




MARÍA CHAPP. Poeta y ensayista argentina, nacida en Buenos Aires. Socióloga. Entre los diversos premios cuenta con el Tercer premio municipal de la Legislatura Porteña, mención en el Concurso Nacional de Tres de Febrero. Desde sus primeros años, casi adolescente, partió a Estados Unidos por intercambio estudiantil. Desde entonces “Hojas de Hierba” de Whitman, en inglés, ocupa un lugar preferencial en su mesa de noche. Su vida reúne magníficas experiencias de viaje por Occidente y Oriente. Todo es sabiduría que apreciamos en sus melodiosos poemas que tienen una raíz espiritual  intensa y espontánea. Organizadora de grupos de lectura como el excelente Voces Latinoamericanas. Es un orgullo para nosotros contar con los poemas de María  en nuestra ciudad literaria.
“La Sed” por María Ester Chapp (Ediciones El Mono Armado, Buenos Aires,2004, 72 págs.)
-“El Ojo Peregrino” por MARÍA Ester Chapp ( Ediciones El Mono Armado, Buenos Aires, Argentina, 2008.)




N A G A S A K I

                                     A  Akira Kurosawa


un olor acre despedía el pájaro  muerto

 tú dijiste
                    ”dad de beber a los sedientos”

antorchas de piel sublevaron el amanecer

                nadie  gritó          sólo  gemidos

sólo el deseo de agua

quizás tú sepas cómo es desear agua

mientras
          
la otra  mejilla de Dios

todavía  arde

                    y dice




“lavarás con luz y con silencio”
                                   (La Sed)
---- § -----
L ÁZ A R O


yacer en la sombra
              zozobrar
breves pulsos de luz
           en lo invisible

Lázaro       Lázaro

los sedientos de estrellas
los que tejen solsticios en el fuego    
hijos del sollozo
al borde de la copa fisurada
¿jamás morderán aquel manjar?

a pesar de todo yacen
en la huella abierta al infinito
huella que es destino
evocación del nombre sacro

a pesar de nosotros
         por nosotros

Lázaro       Lázaro

yacemos como vos
en el centro de la noche



cuajados de espanto y luz
                              (La Sed)
---- § -----

A estos poemas  del libro “El ojo peregrino” se refiere el estudio de la doctora Graciela Matuiro que puede verse en este blog en la parte de Ensayos..
V É R T I G O    A Z U L

el alma teje en el cuerpo
un tapiz con hilitos de luz
veloces hebras blanquecinas

casi agua fresca
el vidente ve en el laúd

agua fresca corre entre las piedras

el cuerpo    este cuerpo tiembla
los huesos te amarran a la costa
             la coronilla duele

un ave escribe     alguien le dicta
         desde el espacio
vuela hacia el líquido
con tintas de colores dibuja
señales en las manos


ángeles tejen con tu cabellera
       ritos del vértigo azul
tejen y tejen con tu respiración
los secretos telares del mundo

---- § -----

O J O    M A N S O      
                                     a Daniel Baremboim
                                     a Horacio Hidrovo Peñaherrera
                                                                       
I                
                                               
latitud cero       anillo ecuatorial
aquí se puede girar como un derviche
por el vórtice ir hacia la esencia
pasear por los hemisferios
tejer un puente entre las músicas                                                                                                                                                                                                                                                                                              
tramas de brillantes dendritas
me siento en la silla
de la mitad del mundo
pienso en Ramallah      Jerusalén
el desierto de Gobi     
              el verde sur de América
cierro mis ojos blandamente
para que el mundo entero
           entre en la mirada
con el ojo manso
veo criaturas
             danzar su danza
la delicada membrana


                              que nos une
(El ojo peregrino)
---- § -----

II

temblar en la mitad del mundo
en la casa de la humanidad
temblar como tembló
           Guayasamín
como tembló  Nagasaki
como tiemblan Irak y Perú
como temblaron los labios
             del crucificado

una oración en el centro del mundo
                   una flor  
en el centro de la capilla
en el centro del corazón



traspasa los abismos
una espada de luz
                         (El ojo peregrino)
---- § ----- 


Un peregrinaje del alma por la Belleza.

Presentación del libro El ojo peregrino de María Chapp.
Café Monserrat,  4 de noviembre, 2008.

Este es un libro  doblemente volcado a la poesía y a la espiritualidad, o mejor, es ejemplo de ese poetizar que se confunde, desde antiguo,  con la vía espiritual, la presiente, la induce y la testimonia.  María Chapp ha dado cuenta de un camino que empieza por la recuperación de un modo de habitar el mundo, tomamos esta palabra, habitar, en un sentido fuerte, el que le otorga filosóficamente Martín Heidegger cuando se refiere al pensar y al habitar, diciéndonos  que es imposible pensar sin esa dimensión del  habitar .
Vemos en la primera parte de esta obra  el abrirse de los sentidos, la intuición, la afectividad,  con un sentido inaugural  hacia el mundo y hacia el sujeto que lo contempla y reconoce. Es un asombro matinal, equivalente al asombro del primer día de la Creación,  para tomar una frase de Carpentier.  . Lo dicen desde el comienzo los epígrafes elegidos. El de Rainer María Rilke:
Respirar – Oh, tú, invisible poema
puro espacio del universo trocado
sin cesar en torno al propio ser.

Y el de Blanca Varela:
arde el oscuro aceite de la conciencia
sobre esta mesa que es todo el mundo

Pienso que este despertar al mundo es el comienzo de un despertar espiritual, que como veremos no se queda puramente en la  órbita de lo visto y lo tocado.   Con la fineza de una artista que se expresa en poesía y en pintura,  María Chapp va diseñando un racconto que tiene momentos de avance y pequeños retrocesos, pero que siempre avanza : hacia la luz, hacia el aire, hacia la levedad. En los momentos más plenos, asistimos a una celebración lírica, despojada de énfasis y de oropeles retóricos.  María se vuelve hacia el cosmos natural para recobrar el orden, el sentido.
Ejercita un presente que es presencialidad y desde el presente reafirma  su ser encarnado, situado en el mundo, en la casa, en los seres próximos, en su perra, en su corporalidad. La mera respiración se convierte en un acto casi ritual, como lo son los movimientos, el acto de tomar un té, o el abrazo erótico, expresados  con exquisita sobriedad.
El despertar del que hablo,  tutelado por un pensamiento reflexivo que asoma moderadamente en estas páginas,  pone en marcha una contenida afectividad, expuesta en las dos partes que componen  el libro: “Marzo”,  con doce poemas, algunos de ellos divididos en dos o tres secciones, y “Ojos”, con una veintena de poemas.  Dos partes que se continúan pero se hallan  bien diferenciadas.
“Marzo” se abre con  palabras de Gonzalo  Rojas:  desnacer y nacer en la maravilla de la aproximación a esta  ninguna costa que soy.  Hay cierta ironía sobre sí en esta frase del chileno, que sin embargo es ajena al habla poética de María. Sí se aproxima en ese sentido de maravilla, aplicado al nacer y el desnacer.
María inicia el libro hablando del huésped que la habita, y  con ello instala una perspectiva metafísica que cubre todo su trayecto. Tal  afirmación iluminadora nos muestra el desdoblamiento del yo en un sujeto de la cotidianidad y un sujeto oculto, que lo sostiene.  Que este huésped sea el yo interno de los místicos, o el  Ser de la fenomenología trascendental es algo que no nos preocupa.. La segunda sección del poema instaura una imagen elocuente en grado sumo:  Lo que no se puede explicar es dichjo poéticamente:

una flor de loto  / oscila /   sobre mi cabeza.

A partir de esa instancia  se sucede un registro de experiencias y reflexiones de una conciencia en expansión que reconoce su correlación fundamental con el mundo.   Ser lector y no sólo observador (Marechal diría amante y juez) , es ser realmente  parte del mundo, tal la nueva mirada de María.
El sueño, la premonición, el sentimiento, adquieren fuerza y relevancia. La expresión se hace rápida y fluida, la memoria va hacia el pasado y el futuro.. Estar despierta, recoger los rumores del mundo, indagar sentido, es lo que María se propone y nos propone.  Ella misma nos descubre la alianza entre meditación y poesía como propicia a las revelaciones.Lo habitual es vivido de otro modo. Cada día trae si “ración de mar”.El esplendor de la vida no le oculta a María el sentimiento de la finitud. No todo es goce de vivir, erotismo, fruición del instante. También se empieza a vislumbrar otro reino, oculto, invisible.

Esta primera parte del libro es una alabanza cósmica, despojada y sutil, mediada especialmente por la sensibilidad y el sueño.  En ella se afirma una personalidad femenina, capaz de valorar su singularidad en un contexto masculinizado. Nos transmite esa prolongación tradicional de la mujer en la tierra, los vegetales, los pájaros,  las aguas. Hay versos profundamente reflexivos que dan cuenta de este acontecer y su significación. . Siente que el alfabeto del cosmos navega en su cuerpo.


la flor líquida conoce su destino
alfabeto del cosmos en tu sangre

(Hace poco tiempo publiqué un artículo titulado El poeta como lector del mundo, ahora incluido en un libro. Si hubiera leído antes este libro de María podría haber tomado numerosos ejemplos) El nacer es vivido como un momento fuerte, y también como metáfora.  Aparecen palabras como parto o  nacimiento, que son experiencias del cuerpo y el alma femenina.  La corporalidad, una constante de estas páginas, es vía de reconocimiento de la propia identidad. El cuerpo es templo, casa, destino. (Qué lejos queda la mirada de la modernidad, Simone de Beauvoir, las feministas)


Busco hospedarme/ cuerpo adentro….
…procesar vértigos
…una danza derviche

Recobrar la dimensión sagrada del cuerpo es abordar otra manera de existir, vivir la novedad del instante,, sorber lo maravilloso de cada jornada. Así es como María puede apropiarse del dolor del árbol al ser arrancado, y hallarlo nuevamente vivo en su corazón.
Sabemos que es propio de las aventuras del espíritu la proyección de escenarios simbólicos, que son tan reales como los cotidianos. Hay momentos  vividos en escenarios de desierto que son a mi ver puramente interiores, y expresan el desamparo., tal como otros se proyectan apasionadamente hacia el sentido y  la pertenencia.  Me permitiré hablar de un texto religioso, tomando esta expresión en un sentido originario. .Más aún que religión me gusta decir religación. Es decir, marcar la superación del naturalismo inmediato, que conduce a un reconocimiento simbólico. Cuando las cosas significan y el cosmos es un alfabeto, estamos ante una experiencia de religación,  de encuentro, de aparición del  sentido.
La conciencia despierta y receptiva busca ordenar, descubrir la belleza, amar, religarse. .Sabe que la belleza no está afuera sino en el encuentro del yo con las cosas. Acaso María no leyó a Plotino (o sí?) pero  igualmente lo adivina con su mirada poética y religiosa en aquello que dice el filósofo del siglo IV, de que el ojo ha de ser bello para descubrir la belleza.
Dice:
para ver el árbol
abrir el corazón

            Otra dimensión importante en este recorrido es la del silencio. La actitud contemplativa reivindica el silencio como reserva de sentido. (Estamos fuera  del positivismo lingüístico y de su secuela, la semiología, con la significación de signos convencionales, acuñada en repertorios o series previsibles). Ella ama

…escuchar la voz del silencio
dentro suyo

El amanecer es un rito de vísperas. El ojo que mira el mundo se ve a sí mismo como es propio del contemplar y meditar.  Ante la creación que fluye y muere solo cabe –nos dice-

desnudarse / y cantar

Podemos reconocer, en su conjunto una nítida opción de la autora por la experiencia intuitiva, y cierta renuncia,  al menos parcial,  de esta socióloga al pensamiento crítico, lo cual no significa irracionalidad.  Se trata de reservar la palabra poética para dar testimonio de otro espacio, de otro acontecer.

Es notable cómo, en este trabajo interior, recobra María la antigua metáfora del vestido del alma que pertenece a la tradición gnóstica. Si no le ha sido alcanzada por lecturas, redescubre espontáneamente esa imagen al decir:

el alma teje en el cuerpo un tapiz

María me ha hecho un regalo al dedicarme la segunda sección  de este poema (pág. 32)

…latido en lo invisible
eres destello…

            Llegamos a momentos de la experiencia interior, expresados con simplicidad, momentos de éxtasis en que se habla de  una respiración detenida. Y María traduce esa experiencia como : :  ser cielo.

T          En la poesía de María se  percibe un  movimiento,  hay cierta  conciencia de un camino a ser recorrido, un espacio que debe conquistarse: Lo dice en forma de pregunta:
                                   …entrarás en ti,
                                   en tu hermosura?

Leyendo estos poemas he pensado en la mística cristiana, tal vez porque no conozco mucho la judía; . pero al fin, estoy convencida de que la mística es el nivel universal profundo que sostiene todas las tradiciones. La poesía, a mi entender, flota sobre este plano, lo presiente o lo realiza.

María ha dedicado este libro a su perra Gala, y algunas páginas transparentan su relación con ella, que culmina en fusión pánica.  La perra, del linaje de Anubis,  es algo así como su doble animal, su último estrato corporal y terreno.  La perra  come de su corazón, como ella del suyo, unidas en el sueño de la eternidad.

Hay páginas de delicada contención que exaltan el abrazo erótico (y debe agradecerse a María que ahorre a sus lectores el alarde anatómico con el cual algunas escritoras actuales creen dar intensidad al poema.)- Se despliega una dinámica simbolizante que conecta cuerpo y alma, y le hace decir .

el cuerpo con estrellas adentro
fulgura
en la opacidad

Para la nueva mirada de María Chapp se borran las fronteras del adentro y el afuera. Alterna la 1ª persona gramatical con la 2ª. y la 3ª, en un discurso que se caracteriza por la  fluidez, la expresividad. la simplicidad que no es facilismo. Hay personalizaciones, a veces de tipo narrativo:

Hablo con los pájaros
soy la anciana del bosque

No he hablado todavía de la relación del ojo con la plástica, y de la condición de pintora de María Chapp, presente en la ilustración de la tapa. Ella ha sido moderada  en el plano del color, se muestran el naranja, el verde, el blanco, el violeta, que como es sabido guardan una significación especial para los procesos interiores.  

Entre las imágenes predilectas de la poeta se encuentra el  corazón, y aparece el corazón en llamas, que nuevamente nos recuerda a Jesús.

Los poemas van desplegando nítidas estaciones espirituales, el despojamiento, el dolor, la aceptación, el gozo, el desborde.

todo es perfecto
como está escrito
en el olvido de mí
todo se cumple…

En el trayecto ha quedado incorporada, como no puede ser menos,  la dimensión de la muerte. Se verifica  la conciencia de

 morir cada tanto
bucear en la intemperie

Luego de este periplo, que tiene su propia completad, comienza la segunda parte titulada “Ojos”, encabezada por palabras de Olga Orozco:

 Mira  con tus ojos de ahora bien abiertos
hasta el fondo del caos.

¿Se abre un descenso al infierno? Como siempre, vemos que no se trata solamente del ojo visual., pero aquí se inicia la explícita  separación del ojo que mira la realidad objetiva, el que es llamado ojo voraz, de otros ojos o miradas interiores.  

Atendamos a algunas afirmaciones o sentencias-guías (como las llamaría Heidegger):

El ojo desnudo es vestigio
llama…

…vendrán a buscarnos los glaciares
a llevarnos
donde el ojo despierte…

el parpadeo purifica
limpia los ojos del pasado
guía a lo más intenso
donde alguien espera…

…travesía del ojo peregrino
hasta que soporte la luz…

Vemos en estos pocos ejemplos que el ojo es nombrado como centro del alma, como conciencia despierta, como guía, como resistencia ante la luz. El ojo voraz quiere verlo todo pero ahora se hace explícito cierto rechazo: el ojo voraz no me domina…..no me embriago de mundo…

En los últimos poemas del libro se perfila nítidamente un horizonte metafísico, místico, aludido o mentado  por sorprendentes imágenes:

una pluma celeste…

una mirada sin tiempo…

un coro angélico en destierro…

El lector se sumerge en una atmósfera aérea, signada por la levedad, de la  cual apenas pueden dar cuenta las palabras o versos que he tomado  aisladamente. (Trato de evitar la actitud analítica pero no puedo evitar desglosar un tanto el texto , siempre remitiendo a los lectores al libro. en su totalidad)

Como es esperable en todo poeta lúcido, surge en María Chapp una poética, es decir una valoración del poema mismo, que es presentado  como puente entre la mirada ocular  y las realidades invisibles  Allí fulgura, canta, el poema

…. necesito un puente entre el ojo y la flor de mil pètalos….

La poesía es sapìencia, vislumbra eternos saberes, irradia en la densidad  / terrestre.

En función de estos descubrimientos, María hace distinciones.  Llama  el ojo manso, a aquel que piensa y rememora, el que percibe la unidad,  distinguiéndolo de aquel ojo que devoraba la realidad visible.

Surgen en el discurso poético de María Chapp símbolos de redención, y nombra otra vez al crucificado

tiemblan los labios del crucificado
…sobre los abismos cruza una espada de luz…

La armonía cósmica se revela como un estado del alma. El ojo es ahora el ojo mago, el que vuela y vaticina. Se ha alcanzado al menos el atisbo de una zona de felicidad suma,  y lo acompañan imágenes de perdón, absolución, bendición. La búsqueda ha dado lugar a la plena reconciliación de lo individual con el Todo. Se nombra ahora al ojo amatista, ojo filosófico y místico que ostenta el color dilecto de la autora, el violeta.  Es el ojo que se halla próximo al misterio, se hace uno con él en una atmósfera de plenitud.

La unidad de la tierra y el cielo se expresa en colores, aromas e imágenes de relación con lo sagrado, una de las cuales es el zafiro entre las cejas, símbolo de la sabiduría hindú. Un sentimiento de paz irradia desde esos últimos poemas donde se dice

me recuesto en casa de pájaros
el goce del rocío esta mañana

…me basta con respirar…

(veo) …una palmera abierta…

(busco) …ser los ojos del agua…

(me limito a extraer algunas imágenes que, nuevamente lo señalo,  deben ser leídas en el contexto del poema) Se comunica un movimiento de retorno al origen que permite percibir el ordenado caminar de los planetas….Se menciona el  portal, un punto de llegada.  
El alma reintegrada al Todo reconoce el gran Ojo del universo, y ese reconocimiento -  en el adentro, en al afuera, lo mismo da-   le permite expresar una intuición que ha sido común a muchos poetas antiguos y modernos, acerca de  la primacía de un logos anterior al  lenguaje.  Los románticos hablaron del poeta como un arpa eolia, tañida por el viento. María nos dice:

No es el poeta quien habla
es el gran ojo que recuerda,

Estos son los versos que cierran el libro, y ponen fin al peregrinaje bellamente expresado por María Chapp.. Por algo dio ese título al libro, El Ojo Peregrino,. Se trata en efecto de un peregrinaje interior  expuesto en imágenes despojadas y bellas . En fin, sólo la lectura personal les permitirá, a cada uno de ustedes, verificar alguna de las impresiones y reflexiones que he tratado de comunicarles.  Espero que no sean del todo descaminadas, y sirvan de pórtico a esa experiencia insustituible que es la lectura poética

                                                                                              Graciela Maturo.
(Para leer algunos de los poemas de Maria Chapp,
Ir a la sección POESÍA en este mismo blog.)